El propósito principal de esta columna es
que el lector pueda entender la realidad en que viven nuestros apoderados y que
puedan ver que existen múltiples estrategias para ayudarlos.
Lo ideal para las franquicias deportivas,
es que sus apoderados puedan trabajar las mismas a tiempo completo. Pero
la realidad es que dentro del contexto socio-económico de Puerto Rico es casi
imposible que los apoderados se dediquen solamente a sus franquicias.
La mayoría de los apoderados en el
voleibol profesional tienen compromisos laborales y familiares que les ocupan
mucho tiempo. Las limitaciones económicas y de tiempo solo les permite cumplir
con las funciones vitales de una franquicia (confeccionar la plantilla de
jugadores, pagar nomina, buscar los pocos auspiciadores que aparecen) y nos les
permite desarrollar otras áreas que serían beneficiosas para las mismas.
Aun así, teniendo en cuenta el panorama
adverso al que se enfrentan, estos héroes sacrifican el dinero de sus bolsillos
y tiempo con sus familias para ofrecerle una plataforma de trabajo a nuestros
atletas y llevarle un espectáculo a los fanáticos del voleibol.
Durante años, los apoderados han cargado
injustamente el peso de la FPV en sus hombros y ya es tiempo de que el
organismo regulador del voleibol en Puerto Rico (FPV), asuma responsabilidad.
Todas las ligas y federaciones exitosas proveen estructuras de apoyo para las
franquicias que participan en sus ligas. Estas estructuras de apoyo permiten a
las franquicias crecer en múltiples áreas, mejorar su situación económica y
proveerles un mejor espectáculo a los consumidores.
¿Cómo la FPV puede apoyar a sus
apoderados?
La propuesta Innovación Volei elabora
sobre las diferentes maneras en que podemos apoyar a nuestros apoderados. En
esta columna se discutirán algunas de ellas:
Mejorar el producto: La FPV falla consistentemente en
producir mejores voleibolistas con su sistema de categorías menores. La falta
de producción de jugadores se refleja en la calidad de los partidos de nuestras
ligas profesionales. Mediante la implementación de un programa de categorías
menores centrado en desarrollar jugadores, la FPV puede ayudar a los
apoderados a poner un mejor producto en cancha para el fanático.
Mercadeo: El mercadeo
deportivo se ha centrado en la comercialización de productos y servicios
deportivos dirigidos a los consumidores (fanáticos o auspiciadores). La
realidad del caso es que la mayoría de nuestros apoderados no tienen ni el
tiempo, ni los recursos económicos y humanos para implementar un plan agresivo
de mercadeo.
Es vital que la FPV
tome un papel protagónico en el diseño de estrategias de mercadeo deportivo
para que sus ligas y franquicias tengan más estabilidad económica y puedan
progresar.
Departamento de
investigación:
Llegó el momento de parar con la improvisación y comenzar a utilizar métricas
(valores numéricos) que den información sobre el rendimiento de las estrategias
que se están implementando. La FPV debe establecer un departamento de
investigación al consumidor con el propósito de facilitarles los datos a los
apoderados para que puedan implementar estrategias más efectivas.
Incrementar la
cobertura:
Producto que no se expone, producto que no se puede vender. Reconocemos que hay
muchas franquicias que se han modernizado y están transmitiendo los juegos por
Internet, pero esta estrategia solo es un paso de muchos que hay que tomar si
queremos prosperar en el mercado del entretenimiento. Una manera de
cooperar con el progreso de las franquicias es que la FPV como entidad cree
relaciones positivas con los medios de comunicación masivos para ampliar
drásticamente la cobertura del voleibol en Puerto Rico. Esta medida permitirá
atraer más auspiciadores a las ligas y sus franquicias.
En fin, es tiempo de
que la FPV ayude a los apoderados en la lucha de salvar el voleibol
profesional. Esto solo se puede lograr a través de la implementación de
estrategias que estén alineadas al contexto contemporáneo en el que vivimos.
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