Una cultura profesional
es vital para el éxito de cualquier empresa u organización, y el deporte no es
la excepción. Los líderes deportivos deben asegurarse que la profesionalización
deportiva permee en todas las áreas de las organizaciones que dirigen.
El propósito principal
de esta columna es proveerles un marco conceptual sobre diferentes elementos
contemporáneos de la profesionalización deportiva y permitirle al fanático que
pase juicio sobre si las medidas tomada por la administración actual de la FPV
reflejan una cultura deportiva profesional.
Marco conceptual
Preparación: Trabajar
en el campo deportivo no te convierte automáticamente en un profesional. Todas
las profesiones laborales requieren de un conocimiento vasto sobre una materia
en especifica. Ese conocimiento puede ser adquirido a través de una preparación
académica o mediante la experiencia.
La medula de toda
profesión recae en la habilidad de aplicar los contenidos desarrollados por las
diferentes “disciplinas”. El término “disciplinas” en el campo
académico se refiere a las diferentes áreas que generan y validan los
conocimientos. Existen varias disciplinas (científicas, pedagógicas,
administrativas, deportivas etc…) que contribuyen enormemente al desarrollo de
una cultura profesional. Por ejemplo, el área pedagógica aporta grandemente a
la manera en que se debe enseñar a jugar el voleibol.
Planificación: En
toda cultura profesional siempre hay un propósito y ruta a seguir. Esto se
logra a través de la planificación. Planificar consiste en trazar unos
objetivos y delinear unas estrategias para cumplir con los mismos. La
planificación es el mejor antídoto para la improvisación. En muchas ocasiones
se ha visto en donde organizaciones deportivas poco profesionales toman
constantemente decisiones erróneas por falta de planificación.
Centrado en los
clientes: Todas las organizaciones deportivas que fomentan una
cultura profesional no olvidan que el producto va dirigido a los consumidores
(fanáticos y auspiciadores). Organizaciones deportivas exitosas diseñan
estrategias para mantener a los consumidores contentos. No hacerlo trae
consecuencias nefastas para las organizaciones.
Innovación: Los
sistemas arcaicos y obsoletos no tienen espacio en el deporte contemporáneo.
Estos sistemas desaceleran o en algunos casos retroceden el progreso de las
organizaciones deportivas. Las organizaciones deportivas siempre deben estar a
la vanguardia con los elementos relacionados al deporte. La innovación permite
a la entidad desarrollarse a la misma vez que le permite confrontar de manera
efectiva los retos contemporáneos. Para poder implementar ideas innovadoras lo
más importante es que la organización entre en un proceso de educación
continua.
Transparencia: La
transparencia es vital si se quiere crear una cultura profesional en el ámbito
deportivo y gran parte de las organizaciones deportivas en Puerto Rico no
cumplen con este elemento. El proceso de transparencia consiste en informar las
actividades que se llevan a cabo y sus resultados. Esto ayuda a generar
confianza entre todos los que de alguna manera tienen relación con la
organización deportiva.
Trato al personal: Jefes
empresariales están de acuerdo que un factor importante para que sus empresas
sean exitosas es el trato que se le da al personal. En las organizaciones
deportivas es importante darles un trato profesional a sus miembros (personal
administrativo, apoderados, jugadores, entrenadores, árbitros, oficiales de
mesas, proveedores etc…). Un trato profesional implica hacerlos parte del
proceso, aceptar diferencias de opiniones, cumplir con los acuerdos, ofrecerles
los recursos necesarios, adiestrarlos entre otros. No cumplir con un trato
profesional significa que no vas a poder explotar el potencial de los miembros
y esto tiene consecuencias adversas para las organizaciones deportivas.
En fin, en manos del
lector queda analizar si la actual administración cumple con los elementos
mencionados. Ese análisis le permitirá concluir si actualmente la FPV fomenta
una cultura deportiva profesional.
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